Un aviador se encuentra perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un pequeño príncipe. En sus conversaciones con él, el narrador revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
Antoine de Saint-Exupéry
Nació el 29 de junio de 1900 cerca de la costa de Marsella en el Mar Mediterráneo, fue escritor y aviador, con importantes desempeños en ambas carreras, aunque se le reconoce principalmente por su obra de 1943, El Principito (Le Petit Prince), la cual fue inspirada a partir de su otra vocación, cuando en 1935 volaba sobre el desierto del Sahára para cumplir con un record de aviación, pero que no pudo realizar por sufrir averías en su nave, debiendo aterrizar de emergencia. Pese a lo forzado del aterrizaje, Antoine y su navegador Andre Prevot no sufrieron heridas, aunque al no saber dónde habían caído con exactitud y habiendo perdido la señal de radio, ambos mantuvieron una lucha contra el calor y la deshidratación durante 4 días, hasta que por suerte (casi un milagro) fueron hallados por un beduino en camello.
Dicha experiencia fue parte de la musa inspiradora del cuento que tanto bien le ha hecho al mundo.
Anteriormente a su obra maestra, Saint-Exupéry había escrito cinco otras: El aviador (L’aviateur) en 1926; Correo del Sur (Courrier du Sud) en 1928; Vuelo nocturno (Vol de Nuit) en 1931; Tierra de hombres (Terre des Hommes) en 1939 y Piloto de guerra (Pilote de Guerre) en 1942.
Gracias a su experiencia como aviador, formó parte de las Fuerzas francesas libres y la lucha con los Aliados, cumpliendo algunas misiones hasta que se le asignó una tarea de inteligencia sobre movimientos de tropas alemanas en y alrededor del Valle del Ródano anteriores a la invasión aliada del sur de Francia (“Operación Dragón”).
Link para descargar: El Principito.
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